El que ambas Cofradías hicieran su Estación de Penitencia en el mismo día, el Miércoles Santo, impedía a los religiosos de la comunidad participar en las dos procesiones, y, dada las cordiales relaciones que existían entre sus Hermanos, fue motivo para que el Padre Fray Francisco de Arjona propusiera la fusión de las dos Corporaciones en una sola.
Aceptada la propuesta de fusión, las Hermandades comparecen el día 23 de Marzo de 1618 ante el escribano público de Sevilla, Andrés Mejías, y resuelven que se vayan de juntar para que sean un cuerpo indibisible y con la misma abocacion que a de ser de la Sagrada Entrada en Jerusalén y Amor de Jesucristo y Madre de Dios del Socorro y Gran Patrón Santiago. Acordada la unificación, solicitaron al Provisor D. Gonzalo de Ocampo la correspondiente licencia de aprobación, que fue concedida entre los años de 1618 a 1620.