El siglo XVIII resultó especialmente difícil para el desenvolvimiento de las Cofradía sevillanas. Así, en la Ciudad se muestra de una forma especialmente virulenta el choque entre la reforma ilustrada y el estatismo de la inquisición, entre la corriente liberal y el absolutismo, y definitivamente entre la riqueza de los poderosos y la miseria del pueblo.
Se conserva aunque en mal estado el Libro de Actas con los Cabildos de elecciones celebrados hasta 1724, si bien con varios periodos de falta de datos. En estos años hay constancia de dorado del paso del Cristo del Amor y del retablo donde de encuentran los Titulares no sin gran esfuerzo, así como de las salidas de la Cofradía. Entre 1725 y 1730 se reactiva la vida de Hermandad y realiza un nuevo Paso para la Entrada en Jerusalén con una nueva muralla y dos hebreos con palmas. En estos últimos años la procesión se realizaba ya el Domingo de Ramos aunque esporádicamente la haría el Miércoles Santo, por orden de la Autoridad Eclesiástica que limitaba las procesiones a los tres días centrales de la Semana Santa, o por lluvia.
El 3 de Febrero de 1729 llega a Sevilla Felipe V con su numerosa y elegante corte. Felipe V
En esos cuatro años las Hermandades se volcaron en sus salidas procesionales haciendo gala de ostentación y boato, y a lo que no fue ajeno la Hermandad del Cristo del Amor en su salida ese año, endeudándose y teniendo finalmente que poner a la venta toda la plata que tenía. A partir de ese momento se entra en un periodo difícil, acosada por los acreedores la Hermandad celebra cada vez menos Cabildos y las salidas son intermitentes. Hasta 1750 en que se superan las dificultades económicas. Como curiosidad en esos años en el Paso del Cristo del Amor iba una figura alegórica de un Ángel anunciando a voces al pueblo cristiano la Redención. En el 29 de Septiembre de 1761 y con motivo del nuevo Patronato de Nuestra Señora en el misterio de la Concepción en Gracia, concedido por S.S. Clemente III, la Virgen del Socorro fue sacada en procesión de gloria hasta el Palacio Arzobispal. En 1767 se recibe a la Hermandad de la Columna y Azotes, y en 1777 se realiza un nuevo Paso de Palio aunque no se pudo realizar Estación de Penitencia por la lluvia.
En ese año la Hermandad repartió 2.117 comidas en la Cárcel Real. Por el Supremo Consejo de Castilla fueron aprobadas las nuevas Reglas de la Hermandad y Cofradía de la Sagrada Entrada de Cristo en Jerusalén, Santísimo Cristo del Amor, Nuestra Señora del Socorro y Santiago Apóstol, el día 25 de Mayo de 1789, refrendadas por D. Pedro Escolano de Arrieta, y legalizadas el 15 de Junio del mismo año por D. Ignacio Fernández de Cáceres. Reglas 1789
En estas Reglas se dispone la Estación de Penitencia el Domingo de Ramos, la obligación de celebrar solemne Misa de réquiem por el alma de los hermanos difuntos y se permite la recepción de mujeres por hermanas. La última década del siglo XVIII fue tremendamente conflictiva para las Hermandades de Sevilla debido a las múltiples legislaciones para organizar las Cofradías (supresión de los sangrientos disciplinantes y prohibición de llevar el rostro cubierto) e incluso para suprimirlas desapareciendo muchas de ellas, la Hermandad celebraría tan solo Cabildos los años 1790, 1794, 1795 y 1796. Hasta el 16 de Abril de 1800 no consta con asiduidad la celebración de los mismos ni la renovación de la Junta de Gobierno.