Jornada de convivencia en la Colegial con seis reclusos de la cárcel de Sevilla
Nuestra Archicofradía ha celebrado hoy, Viernes de Dolores, un acto de convivencia con seis reclusos de la cárcel de Sevilla, una iniciativa que entronca directamente con los piadosos fines que propiciaron la creación en el siglo XVI de la Hermandad del Amor de Cristo y Socorro de Nuestra Señora.
Ciertamente, la miserable situación en la que sobrevivían los presos de la Cárcel Real de Sevilla, que como sabemos se ubicaba en la actual calle Sierpes, fue motivo más que suficiente para que surgieran varias congregaciones encaminadas a aliviar las penalidades de los presos, a los que el jesuita Pedro de León (fallecido en 1632) describía como “flacos, macilentos, chupados, desnudos y desarrapados, comidos de piojos y enfermedades”.
Casi cinco siglos después, y en un ambiente muy distinto, la hermandad desea mantenerse fiel a los actos de piedad hacia la población reclusa que impulsaron su creación, cumpliendo así el mandato evangélico del amor, por medio de la caridad, para con los privados de libertad. Fruto de esta actualización de su espíritu fundacional, la Archicofradía del Amor ha gestionado el que seis reclusos de la cárcel de Sevilla puedan conocer la exposición de Semana Santa organizada en el Casino de la Exposición (Escenas de la Pasión. Misterios de Sevilla), culminando la mañana con una visita a la Iglesia Colegial del Salvador y a las dependencias de la casa de hermandad, donde hemos compartido un pequeño ágape.
Los reclusos han realizado una ofrenda floral ante nuestros titulares en el interior de la Colegial, donde la saetera Cristina Galán ha cantado una saeta con una letra alusiva a la libertad.
Cada Domingo de Ramos los cuatro ángeles del paso de nuestro Crucificado recuerdan el origen de esta hermandad portando en sus manos bandas con la leyenda “Amor y socorro a los encarcelados”.
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