A los hermanos niños de la Hermandad del Amor.
Queridos niños,
Hoy es un día importante en nuestra casa, en la Hermandad del
Amor a la que todos pertenecemos.
A las 6 de la tarde nos reuniremos para tener la Función Principal
del Señor de la Sagrada Entrada, “nuestra Borriquita”, y hoy va a
ser aún más especial que otras veces. Este año, además de la ilusión
de rezar todos juntos, de recoger nuestro cirio que nos anunciaba
que estaba muy cerca el Domingo de Ramos, tenemos que poner en
marcha una cualidad que vosotros sabéis utilizar mejor que nadie: la
imaginación. Porque podemos estar juntos y sentir al señor desde
nuestro corazón, estemos donde estemos. Y quizás tengamos que
vivir un año así para darnos cuenta de esta poderosa fuerza que nos
da nuestra fe. Dios esta en cada uno de nosotros y por eso nunca
jamás estaremos solos.
Estamos viviendo un tiempo muy raro, que os está dejando sin colegio y sin poder salir de casa, sin ver a vuestros amigos ni jugaren la calle, y aunque es difícil de entender, nos va a servir para aprender y valorar cosas en las que puede que no hayamos pensando antes. En la importancia de la FAMILIA que nos cuida y nos protege, en el valor de la convivencia y la posibilidad que tenemos de ayudar para que todos estemos mejor.
Y también es momento de aprender a echar de menos; a las personas que no podemos ver y a todo lo que antes hacíamos sin valorar lo suficiente. Cuando pronto podamos salir, tenemos que apretar más que nunca a los que tanto queremos y a disfrutar mucho más de nuestro día a día, para agradecerle al señor todo lo que nos ha dado.
El Señor escucha mejor a los niños, y esta tarde tenemos la oportunidad de que nos escuche bien fuerte. A las seis de la tarde vamos a rezar todos a la vez un Padre Nuestro para pedirle que cuide mucho del mundo, de todos los mayores que lo están pasando mal, de aquellos que están curando a los enfermos y de los que se sienten solos. También vamos a pedirle por nosotros, para que todo lo que nos están enseñando en la fe cristiana sepamos utilizarlo en nuestra vida y transmitirlo a los que están a nuestro alrededor.
Tenéis que ser buenas personas, y que se note que lleváis al Señor dentro de vosotros. Porque los niños también tenéis una misión muy importante para que el mundo se ponga bueno, y si escuchas al señor en tu corazón sabrás cómo puedes hacer el bien, ahora y siempre.
Queridos niños, la misma alegría que sentimos y contagiamos el Domingo de Ramos cuando se abren las puertas del Salvador, es la que tenéis que transmitir durante todos los días del año.
Sed muy felices y nos vemos muy pronto.
El Hermano Mayor
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