Antes de la unión de ambas hermandades, presumimos que la de la Sagrada Entrada en Jerusalén, en virtud del glorioso pasaje de la Pasión que rememoraba, debía ser hermandad de luz y no de disciplina y que la Hermandad del Amor de Cristo, a raíz del documento de un convenio que se firmó en 1603 entre esta Hermandad y los Religiosos Terceros descubierto en 1930 por D. Celestino López Martínez en el que se especifica que» la iglesia estará desembarazada sin que asista otra cofradía de sangre», debía tener carácter de disciplina. Esto se refrenda si leemos un inventario de los bienes de la Hermandad hecho en el año de 1623 en el que se citan «cincuenta túnicas de angeo de lienzo crudo«, que eran utilizadas por los disciplinantes.
Es en 1803 cuando se regula definitivamente el cortejo penitencial y se crea el llamado «cuerpo de Señores nazarenos», surgido a raíz de la supresión de los sangrientos disciplinantes por el rey Carlos III. Cabe reseñar que nuestra actual Cruz de Guía se estrenó en 1803.
Más adelante, en 1808, se especifica que en el escudo que los nazarenos portarían en sus túnicas aparecería la espada de Santiago rodeada de una orla azul. Los nazarenos iban integrados en el cortejo penitencial, como hoy día, en tramos, a cuyo cargo se encontraban los llamados «nazarenos de canastillas». Sin embargo, no todos los participantes en la estación eran «Señores nazarenos» pues en esa época también figuraban autoridades civiles y eclesiásticas con hábitos y uniformes de gala, así como hermanos en traje de calle. Corrobora este hecho la aparición después del Cabildo General donde se aprueba la salida de la cofradía, de Cabildos de Señores nazarenos, donde se hace el recuento de los«que están prontos en la estación».