Referencia histórica:
Se tiene constancia documental del encargo que le hace la recién fusionada Hermandad de la Sagrada Entrada en Jerusalén y del Amor de Cristo, por medio de su entonces mayordomo D. Juan Francisco de Alvarado, al maestro escultor y arquitecto Juan de Mesa y Velasco ( 1583-1627) ,el día 13 de mayo de 1618, para la ejecución de una imagen de Cristo crucificado que ha de tener las siguientes características : » de largo dos varas, antes más que menos, medido desde el calcañal del pie hasta la punta del cabello». Se especifica que ha de tallarse en madera de cedro, mientras la cruz lo sería de borne.
El precio estipulado se acuerda en» mil reales, que valen treinta y cuatro mil maravedises».
En el ultimo párrafo del contrato se dice textualmente: » Y en esta manera y según dicho es me obligo a haser la dicha obra por mi persona sin que en ella pueda entrar official alguno y de la comensar desde el dicho dia y no alsar la mano della hasta la tener acabada en toda perfesion y si ansi no lo hiziere y cunpliere o la dicha obra que yo hiziere no saliere a su satisfacion dexo en elesion y boluntad de los dicho y de cada uno ynsolidum que me pueda conpeler y apremiar por prision y todo rigor de derecho a que aga la dicha obra o que a mi costa se puedan consertar con otro maestro escultor y arquitecto que la haga, y por lo mas le costare de los dichos mil reales y por las costas y gastos que se le causaren me pueda executar en birtud desta escritura y juramento de los dichos y de cada un ynsolidun.- Sevilla, 13 de mayo de 1618″.
El golpe de gubia fue dado en el taller que, desde un año antes, Juan de Mesa tenía abierto en la actual calle de Joaquín Costa, antigua Cañaverería, con puesta trasera que daba a la Alameda de Hércules.
El 4 de junio de 1620 se otorga carta de pago cuando el escultor hizo entrega de las imágenes.
El Cristo del Amor es la primera imagen de crucificado que realiza Juan de Mesa .
Imaginería:
Verdadero Laoconte cristiano mide 1.81 mts.
Transcribimos la descripción de D. José Hernández Díaz en su obra Juan de Mesa.(1972)
«Esta imagen de Cristo en la cruz es una de las obras más interesantes e importantes del arte sevillano, titular de una cofradía de penitencia. La primera impresión que recibe el comtemplador es impresionante , por ser una figura imponente, con el dramatismo y monumentalidad del Laoconte- sufrimientos inmensos corporales, mayores aún morales al ver sufrir y morir a sus hijos- y en el acto el fiel cristiano ora al Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.»
«Está inscrito en un triangulo, fijado por tanto por tres clavos y con el sudario trascripción fiel del que Montañés colocó a su Crucificado de la Clemencia, aunque ahondando más fuertemente las gubias a efectos de claroscuro, lo que acrece su valoración barroca».
«Mesa busca en este Crucificado fidelidad plástica al tema del Dios-Hombre. Se enfrenta con el natural, interpreta e modelo con destacada corpulencia y lo sublima en aras de la imagen religiosa. Cuida la anatomía y la representa en la forma ya indicada: mas la figura tiene garra sobrenatural, se impone fuertemente y pide a los hombres comprensión a lo que significa. Parece que el escultor quiso expresar la narración evangélica de los últimos momentos de la vida del Salvador al contarnos su última palabra: «Consumado está». Contagio de Amor es lo que quiere expresar esta inefable imagen, joya del arte sevillano y ejemplar indudable de la iconografía Cristífera».
No es imagen pensada tan solo para el templo: espera la llegada de los fieles para confortarles, pero quiere buscar en la calle a todos los hombres para alertar a los aletargados o indiferentes y estimular a los otros diciéndoles: «Venid a mí los que trabajáis y estáis cargados con el peso del dolor, porque Yo os aliviaré».
Sus valores escultóricos están acentuados por la encarnadura donde hay claras manifestaciones de las hipóstasis cadavéricas. La policromía sigue siendo la original salvo algunos retoques realizados para restaurar pequeños detalles.